Hosteleros, empresarios y hoteleros de Madrid quieren saber cómo regular la temperatura sin renunciar al confort del cliente

El aire acondicionado no podrá estar por debajo de los 27 grados, las puertas de acceso a los locales deberán tener cierres automáticos y las luces de los escaparates se apagarán a las 10 de la noche. «No sé hasta qué punto podemos enfrentarnos a ello», reflexiona el jefe de recepción del Hotel Madrid Gran Vía 25, Carlos Gil. La gran queja de los clientes, en estas fechas «es el calor». Este coordinador tiene prevista una reunión con la empresa para ver cómo pueden llevar a la práctica «con estas temperaturas extremas» la limitación del aire acondicionado a 27 grados.

En la misma línea, la Asociación Hotelera de Madrid teme que «perjudique al turismo» y tilda la medida de «acelerada e improvisada».

CONTRADICE OTRAS MEDIDAS

La consejera de Cultura y Turismo de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, argumenta que en un cine o en un teatro lleno, a 27 grados, «se rozan los 32 en cuestión de 10 minutos». Por su parte, el presidente de Hostelería Madrid, José Antonio Aparicio, duda que «se pueda llevar a la práctica correctamente si no se concretan y explican bien las medidas», ya que esta norma entra en contradicción con otras ya adoptadas. «Esperamos que los clientes comprendan este esfuerzo que hacemos y que sepan que nosotros no derrochamos con lo que cuesta el kilovatio», afirma el presidente de los hosteleros, al que le cuesta imaginar una ciudad como Madrid «con los escaparates apagados a las 22.00 horas de la noche».

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